Muslim woman in Western city

¿Política europea con cara islámica?

LONDRES – El llamado que hizo Donald Trump para prohibir el ingreso de musulmanes a Estados Unidos provocó que yo sostuviera la siguiente conversación con dos jóvenes amigos míos: “Si se tiene que elegir entre la inmigración musulmana y la preservación de los valores morales liberales”, les pregunté, “¿cuál elegirían?” Ambos negaron la premisa de la pregunta. Y, ambos insinuaron que los propios inmigrantes podrían tener códigos de moralidad reaccionarios, pero los  hijos de dichos inmigrantes, quienes crecen en la Gran Bretaña, Estados Unidos o Europa continental de hoy en día, serían bastante diferentes. Sin embargo, ¿es esto cierto?

Mi pregunta no se centraba en el terrorismo islámico – que es el fundamento manifiesto del arrebato  de Trump –  sino que se centraba en la amenaza que representa la inmigración musulmana a gran escala para los códigos de moralidad, mismos que mis jóvenes amigos, al igual que los europeos más cultos,  aceptan al presente sin rechistar. Independientemente del terrorismo, ¿no se preocuparían ellos si el islam llegase a tener una creciente influencia en la política y las leyes británicas?

Esta no es sólo una posibilidad hipotética. La población musulmana en Europa fue de 44,1 millones en el año 2010, es decir 6% del total. Había 2,7 millones de musulmanes en el Reino Unido en el año 2011 (4,8% de la población), frente a 1,6 millones en el 2001. Tomándose en cuenta las tendencias de inmigración recientes y, más importantemente, la tasa de fecundidad superior al promedio de los musulmanes (tres hijos por familia en comparación al promedio británico de 1,8), el porcentaje de musulmanes en la población del Reino Unido está destinado a crecer durante las próximas décadas.

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