

Though the US Federal Reserve’s first interest-rate hike of 2023 is smaller than those that preceded it, policymakers have signaled that more increases are on the way, despite slowing price growth. But there is good reason to doubt the utility – and fear the consequences – of continued rate hikes, on both sides of the Atlantic.
PARÍS – Ocho meses después de la invasión rusa de Ucrania, la Unión Europea sigue estando lamentablemente dividida en cuanto a su respuesta en materia de política energética. En su última cumbre, el 20-21 de octubre, los líderes de los estados miembro de la UE pasaron horas discutiendo. Al final, emitieron un comunicado oficial en donde simplemente reconocían que “frente a la militarización de la energía por parte de Rusia, la Unión Europea se mantendrá unida para proteger a sus ciudadanos y empresas y tomar las medidas necesarias en carácter de urgencia. Pero la única decisión importante a la que habían llegado era incrementar las compras de gas conjuntas -e inclusive eso se produjo con algunas salvedades importantes.
Las divergencias frente a las políticas en Europa no son infrecuentes. Pero cuando azotó el COVID-19, a Francia y a Alemania sólo les llevó unos tres meses diseñar una propuesta conjunta de rescate y recuperación, e hicieron falta otros dos meses para que los estados miembro se pusieran de acuerdo sobre el correspondiente plan de endeudamiento común de la UE. Y cuando llegaron las vacunas, prácticamente no hubo ninguna discusión respecto de si comprarlas o no de manera conjunta y distribuirlas equitativamente, en proporción a la población.
En la crisis actual, las divergencias no son sólo sobre declaraciones públicas y posibles respuestas. Los datos demuestran enormes diferencias económicas entre los estados miembro de la UE. En septiembre, la inflación interanual oscilaba entre el 6,2% en Francia y el 24,1% en Estonia. Más allá de la variación en las combinaciones energéticas nacionales y en el porcentaje de energía en el consumo total, estas diferencias principalmente reflejan reacciones de políticas nacionales divergentes.
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