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Recuperarse del Fondo de Recuperación de la UE

NUEVA YORK – Después de arduas negociaciones entre los gobiernos de los estados miembro el mes pasado, los líderes de la Unión Europea están celebrando su acuerdo por un paquete de rescate de 750.000 millones de euros (886.000 millones de dólares) para los países de la UE más afectados por la crisis del COVID-19. Pero es demasiado pronto para descorchar el champán. El plan para el fondo de recuperación “Nueva Generación UE” tiene dos puntos débiles importantes que no sólo lo tornarán ineficaz sino también una amenaza para la propia existencia de la eurozona.

Además de ser demasiado pequeño, Nueva Generación UE carece de condicionalidades esenciales para la sustentabilidad fiscal, entre ellas un mecanismo de reestructuración de la deuda soberana (SDRM por sus siglas en inglés) ordenado. El componente de subsidios de 390.000 millones de euros del fondo de recuperación representa apenas el 2,8% del PIB de 2019 de la UE27. Y aún si contamos el componente de préstamos de 360.000 millones de euros y los 100.000 millones de euros en préstamos a través del programa SURE, Apoyo para Mitigar los Riesgos de Desempleo en una Emergencia, el total sigue representando un eximio 6,1% del PIB.

Peor aún, aunque los gobiernos nacionales con dificultades fiscales necesitan un respaldo financiero de inmediato, el fondo de recuperación no pondrá fondos a disposición de los estados miembro hasta 2021, en cuyo momento se esperará que la distribución de los 750.000 millones de dólares dure tres años. (El programa SURE, relativamente insignificante, ya está operativo). Tampoco los gobiernos europeos pueden esperar mucha ayuda del presupuesto de la UE 2021-2027, que representa no más del 1,1% del PIB anual de la UE y no está pensado para ofrecer financiamiento adicional para la crisis del COVID-19.

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