El caos y la violencia en el Iraq han contribuido a abonar la idea de que no se puede derrotar a las insurgencias, por lo que hay que apaciguarlas. La experiencia de Colombia muestra que no es así. Una combinación de fuerza militar, incentivos políticos y crecimiento económico que beneficia a la población en general puede ser el comienzo para someter a una insurgencia.
Pese a una tradición democrática que se remonta a 1830, Colombia ha sufrido una sangrienta insurgencia durante cuarenta años por parte de los narcoterroristas de las llamadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Durante los ocho últimos años esos terroristas han asesinado a miles de personas y han secuestrado a más de 6.000 rehenes, incluidos 140 extranjeros. Con frecuencia mantienen a esos inocentes en condiciones terriblemente inhumanas y sin acceso a la atención sanitaria.
Esa insurgencia criminal no cuenta con el apoyo popular, sino que se abastece con el botín obtenido gracias al comercio de cocaína. Sin embargo, si bien algunas zonas rurales están sometidas a la influencia de la guerrilla y pese a la riqueza que les ha proporcionado el tráfico de drogas, las FARC y el ELP han demostrado ser demasiado débiles e impopulares para representar una amenaza grave encaminada a derribar al Gobierno de Colombia. Lo suyo no es una revolución; es un nihilismo enloquecido por la cocaína..
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Like Vladimir Putin, China's leader is so steeped in a narrative of victimhood and fearful of appearing weak that it is hard to imagine him ever leading China out of the mess he has created. He could well be remembered as the leader who squandered history's most remarkable economic success story.
about the country's increasingly worrisome trajectory, both at home and abroad.
Artificial IdiocyFrank Rumpenhorst/picture alliance via Getty Images
Following the latest banking crisis, monetary authorities should seriously consider how modern digital technologies could be used to avert such problems in the future. A central bank digital currency would both eliminate many barriers to financial transactions and end the risk of bank runs once and for all.
explains how central bank digital currencies would end bank runs and banks' excessive risk-taking.
El caos y la violencia en el Iraq han contribuido a abonar la idea de que no se puede derrotar a las insurgencias, por lo que hay que apaciguarlas. La experiencia de Colombia muestra que no es así. Una combinación de fuerza militar, incentivos políticos y crecimiento económico que beneficia a la población en general puede ser el comienzo para someter a una insurgencia.
Pese a una tradición democrática que se remonta a 1830, Colombia ha sufrido una sangrienta insurgencia durante cuarenta años por parte de los narcoterroristas de las llamadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Durante los ocho últimos años esos terroristas han asesinado a miles de personas y han secuestrado a más de 6.000 rehenes, incluidos 140 extranjeros. Con frecuencia mantienen a esos inocentes en condiciones terriblemente inhumanas y sin acceso a la atención sanitaria.
Esa insurgencia criminal no cuenta con el apoyo popular, sino que se abastece con el botín obtenido gracias al comercio de cocaína. Sin embargo, si bien algunas zonas rurales están sometidas a la influencia de la guerrilla y pese a la riqueza que les ha proporcionado el tráfico de drogas, las FARC y el ELP han demostrado ser demasiado débiles e impopulares para representar una amenaza grave encaminada a derribar al Gobierno de Colombia. Lo suyo no es una revolución; es un nihilismo enloquecido por la cocaína..
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