BERLIN – Cuando hablamos de ciberseguridad, solemos pensar en los antivirus comerciales, en los ataques de ransomware a grandes empresas o en las filtraciones de correos electrónicos políticamente escandalosos. Pero poco se habla de la seguridad pública en el ámbito digital, y eso es un gran problema cuando dependemos cada vez más de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y del Internet de las Cosas (IoT) para realizar nuestras actividades cotidianas ordinarias.
Además, el vertiginoso desarrollo de estas tecnologías ha dado lugar a una hibridación de la delincuencia. Muchas actividades ilícitas se encuentran ahora a medio camino entre el mundo físico y el virtual, lo que ha introducido nuevas condiciones y exige una reconsideración de las estrategias de aplicación de la ley aplicadas tradicionalmente.
Reflexionemos en las sustancias recreativas ilegalizadas. Muchas personas tratan de adquirirlas a través de Internet, ya que la compra en línea suele considerarse más segura que encontrarse con un desconocido en un callejón oscuro. Pero los canales online suelen poner a la gente en contacto directo con los grupos de delincuencia organizada que controlan la mayor parte de la distribución de sustancias ilícitas. Cuando la gente entrega dinero a estos grupos, está contribuyendo involuntariamente a financiar las redes internacionales que también financian el terrorismo y el tráfico de armas, personas y tejidos humanos.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
The banking system we take for granted is unfixable. The good news is that we no longer need to rely on any private, rent-seeking, socially destabilizing network of banks, at least not the way we have so far.
shows why the current private system is unfixable – and why we don’t need to tolerate it anymore.
Like Vladimir Putin, China's leader is so steeped in a narrative of victimhood and fearful of appearing weak that it is hard to imagine him ever leading China out of the mess he has created. He could well be remembered as the leader who squandered history's most remarkable economic success story.
about the country's increasingly worrisome trajectory, both at home and abroad.
Artificial IdiocyFrank Rumpenhorst/picture alliance via Getty Images
BERLIN – Cuando hablamos de ciberseguridad, solemos pensar en los antivirus comerciales, en los ataques de ransomware a grandes empresas o en las filtraciones de correos electrónicos políticamente escandalosos. Pero poco se habla de la seguridad pública en el ámbito digital, y eso es un gran problema cuando dependemos cada vez más de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y del Internet de las Cosas (IoT) para realizar nuestras actividades cotidianas ordinarias.
Además, el vertiginoso desarrollo de estas tecnologías ha dado lugar a una hibridación de la delincuencia. Muchas actividades ilícitas se encuentran ahora a medio camino entre el mundo físico y el virtual, lo que ha introducido nuevas condiciones y exige una reconsideración de las estrategias de aplicación de la ley aplicadas tradicionalmente.
Reflexionemos en las sustancias recreativas ilegalizadas. Muchas personas tratan de adquirirlas a través de Internet, ya que la compra en línea suele considerarse más segura que encontrarse con un desconocido en un callejón oscuro. Pero los canales online suelen poner a la gente en contacto directo con los grupos de delincuencia organizada que controlan la mayor parte de la distribución de sustancias ilícitas. Cuando la gente entrega dinero a estos grupos, está contribuyendo involuntariamente a financiar las redes internacionales que también financian el terrorismo y el tráfico de armas, personas y tejidos humanos.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Subscribe
As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.
Register
Already have an account? Log in