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Colombia tiene una alternativa para la guerra contra las drogas

BOGOTÁ – Cuando el primer gobierno de izquierda de Colombia llegó al poder en agosto de 2022, muchos esperaban que la estrategia del país contra las drogas cambiaría drásticamente. El presidente Gustavo Petro hizo campaña en base a la promesa de abandonar la política de erradicación de la coca, el principal ingrediente de la cocaína, y en un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, poco después de asumir, instó a los países latinoamericanos a aunar fuerzas contra la “guerra irracional contra las drogas”.

Según el último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el mundo está experimentando un alza prolongada de la oferta y demanda de cocaína; se calcula que hay 22 millones de consumidores a nivel global. Colombia, siendo el mayor productor, tiene un papel clave para desempeñar en cuanto a forjar el futuro de esta industria ilícita en apogeo.

Sin embargo, la nueva estrategia de diez años contra la droga del país, lanzada a principios de octubre, quizá sea demasiado tímida para los defensores de una reforma. A pesar de instar a Colombia a liderar una discusión internacional sobre el fracaso de la guerra contra las drogas, la estrategia sigue operando dentro del marco prohibicionista. Un punto importante es que no intenta regular el mercado de cocaína, aunque un programa piloto le habría permitido al país experimentar con la legalización.

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