Fifteen years after the collapse of the US investment bank Lehman Brothers triggered a devastating global financial crisis, the banking system is in trouble again. Central bankers and financial regulators each seem to bear some of the blame for the recent tumult, but there is significant disagreement over how much – and what, if anything, can be done to avoid a deeper crisis.
LONDRES – Como dijo en cierta ocasión el satírico ruso Mijail Saltykov-Shchedrin: “Hay datos convenientes e inconvenientes y hay otros que ni siquiera son datos”.
Al entrar en 2010, un dato conveniente es el de que la economía mundial ha detenido su dramático desplome y ha comenzado a recuperarse. Un dato inconveniente es el de que la recuperación sigue siendo frágil y un dato que no es tal es el de que los próximos meses vayan a ser un camino de rosas. Al contrario, sigue habiendo dificultades graves y se debe abordarlas con urgencia.
La región abarcada por el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo –la Europa central, oriental y sudoriental, Rusia, el Cáucaso y el Asia central– se ha visto afectada de forma particularmente dura por la crisis económica y financiera que comenzó en 2008. Una intervención intensa y decidida (Rusia y Kazajstán) o un apoyo coordinado y sin precedentes por parte de las instituciones financieras internacionales (Ucrania, Hungría y Letonia) han sido necesarios para prevenir caídas aún más dramáticas.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Subscribe
As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.
Register
Already have an account? Log in