An Iranian woman walks past a mural on the wall of the former US embassy in the Iranian capital Tehran ATTA KENARE/AFP/Getty Images

Una nueva era de incertidumbre nuclear

AQUISGRÁN – La Administración Trump sigue obcecada en echar por tierra los grandes consensos a nivel internacional. La lista de desplantes empieza a ser exasperantemente larga: el anuncio de la futura retirada del Acuerdo de París, el inminente traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén, la “guerra comercial” contra China y otros Estados y, ahora, la violación del acuerdo nuclear con Irán (JCPOA).

La decisión de Trump sobre Irán convertirá a Estados Unidos en el único país que habrá incumplido el JCPOA, un acuerdo respaldado por una resolución unánime del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Las empresas y entidades financieras de países que han estado a la altura de sus compromisos podrían verse afectadas, en virtud de sus negocios legítimos con Irán, por la reimposición de sanciones nucleares estadounidenses. En otras palabras, el Estado que se retracta de su palabra pretende castigar a los que la mantienen. A todas luces, esta circunstancia es absolutamente inaceptable.

Como consecuencia, el JCPOA quedará en una situación delicada, pero ni mucho menos insalvable. Hay que celebrar que Europa, Irán, China y Rusia ya hayan manifestado su voluntad de preservar el acuerdo. En este sentido, la Unión Europea tiene una responsabilidad mayúscula, habiendo emprendido las negociaciones con Irán hace quince años. Las relaciones transatlánticas deben seguir siendo una prioridad, pero también debe serlo el defender el multilateralismo —y sus muchos logros— de ataques totalmente injustificables. Y más cuando estos no provienen ya del America first, sino del Trump first.

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