LONDRES – Siria es una pesadilla viva. Egipto se encuentra al borde del precipicio, pero, como demuestra el inicio de conversaciones de paz entre Israel y la Autoridad Palestina, hay señales de esperanza y, aunque pueda parecer ilógico, la agitación de esa región está sacando por fin a la superficie sus problemas fundamentales de un modo que permite afrontarlos y superarlos. Éste no es un momento de desesperación, sino de compromiso activo.
LONDRES – Siria es una pesadilla viva. Egipto se encuentra al borde del precipicio, pero, como demuestra el inicio de conversaciones de paz entre Israel y la Autoridad Palestina, hay señales de esperanza y, aunque pueda parecer ilógico, la agitación de esa región está sacando por fin a la superficie sus problemas fundamentales de un modo que permite afrontarlos y superarlos. Éste no es un momento de desesperación, sino de compromiso activo.