Tino y desatino de la autodefensa

Si el patriotismo es, como afirmaba Samuel Johnson, el último refugio del sinvergüenza, entonces la autodefensa es el último regufio del agresor. Tanto los paranoicos como quienes con legitimidad buscan protegerse de un ataque inminente tienen a flor de labio la justificación de la autodefensa. El argumento que se quiere utilizar para la putativa invasión estadounidense de Irak es, por supuesto, la autodefensa, es decir, la necesidad de protegerse a sí mismos y a sus aliados en contra del posible uso por parte de Saddam Hussein de armas de destrucción masiva.

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