CAMBRIDGE – Algunos analistas piensan que 2014 marcó el inicio de una nueva era de geopolítica al estilo de la de la Guerra Fría. La invasión de Ucrania y la anexión de Crimea por parte del presidente ruso, Vladimir Putin, se recibieron con fuertes sanciones económicas de Europa y los Estados Unidos, lo que debilitó los vínculos de Rusia con Occidente, y dejó al Kremlin ansioso de fortalecer sus relaciones con China. La pregunta es si Rusia logrará crear una verdadera alianza con la República Popular.
A primera vista parece posible. En efecto, las teorías clásicas del equilibrio de poder sugieren que la primacía de los Estados Unidos en cuanto a recursos energéticos se debería contrarrestar con una asociación sino-rusa.
Un factor más convincente es que parece haber precedentes históricos para una asociación de tal naturaleza. En los años cincuenta, China y la Unión Soviética fueron aliados contra los Estados Unidos. Después de la apertura hacia China del presidente Richard Nixon en 1972, el equilibrio viró y los Estados Unidos y China empezaron a cooperar para limitar lo que ellos percibían como un aumento peligroso del poder de la Unión Soviética.
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Since 1960, only a few countries in Latin America have narrowed the gap between their per capita income and that of the United States, while most of the region has lagged far behind. Making up for lost ground will require a coordinated effort, involving both technocratic tinkering and bold political leadership.
explain what it will take finally to achieve economic convergence with advanced economies.
Between now and the end of this decade, climate-related investments need to increase by orders of magnitude to keep the world on track toward achieving even more ambitious targets by mid-century. Fortunately, if done right, such investments could usher in an entirely new and better economy.
explains what it will take to mobilize capital for the net-zero transition worldwide.
CAMBRIDGE – Algunos analistas piensan que 2014 marcó el inicio de una nueva era de geopolítica al estilo de la de la Guerra Fría. La invasión de Ucrania y la anexión de Crimea por parte del presidente ruso, Vladimir Putin, se recibieron con fuertes sanciones económicas de Europa y los Estados Unidos, lo que debilitó los vínculos de Rusia con Occidente, y dejó al Kremlin ansioso de fortalecer sus relaciones con China. La pregunta es si Rusia logrará crear una verdadera alianza con la República Popular.
A primera vista parece posible. En efecto, las teorías clásicas del equilibrio de poder sugieren que la primacía de los Estados Unidos en cuanto a recursos energéticos se debería contrarrestar con una asociación sino-rusa.
Un factor más convincente es que parece haber precedentes históricos para una asociación de tal naturaleza. En los años cincuenta, China y la Unión Soviética fueron aliados contra los Estados Unidos. Después de la apertura hacia China del presidente Richard Nixon en 1972, el equilibrio viró y los Estados Unidos y China empezaron a cooperar para limitar lo que ellos percibían como un aumento peligroso del poder de la Unión Soviética.
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