Richard Haass, President Emeritus of the Council on Foreign Relations and a senior counselor at Centerview Partners, previously served as Director of Policy Planning for the US State Department (2001-03), and was President George W. Bush's special envoy to Northern Ireland and Coordinator for the Future of Afghanistan. He is the author of The Bill of Obligations: The Ten Habits of Good Citizens (Penguin Press, 2023) and the weekly Substack newsletter Home & Away.
NUEVA YORK – El daño global generado por la pandemia del COVID-19 es enorme: se perdieron más de medio millón de vidas, cientos de millones de personas se quedaron sin trabajo y se destruyeron billones de dólares de riqueza. Y la enfermedad no ha cedido en absoluto; cientos de miles más de personas todavía podrían morir a causa de ella.
Naturalmente, existe un profundo interés en el desarrollo de una vacuna. Ya se están llevando a cabo más de cien esfuerzos en todo el mundo. Varios parecen prometedores, y uno o más de uno pueden arrojar frutos –posiblemente antes de los varios años o más que normalmente se tarda en producir una vacuna.
Pero aún si surgen una o más vacunas que prometan que la gente sea menos susceptible al COVID-19, el problema de salud pública no se eliminará. Como dirá cualquier experto médico, las vacunas no son una panacea. Son sólo una herramienta en el arsenal médico.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Subscribe
As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.
Register
Already have an account? Log in