singer_MAHMUD HAMSAFP via Getty Images_israelgaza Mahmud Hams/AFP via Getty Images

La espiral de violencia que desembocó en Hamás

PRINCETON – Los descarados y sanguinarios ataques de Hamás a Israel fueron condenados, con razón, por todo el mundo. Si se trata de una guerra, y ambos bandos coinciden en ello, el ataque deliberado de Hamás a civiles representa un serio crimen de guerra.

Pero la brutalidad de Hamás no salió de la nada, la lección que nos deja lo que está ocurriendo en Israel y Gaza es que la violencia engendra violencia.

La última posibilidad real de evitar el trágico conflicto entre Israel y Hamás fue destruida con una única muerte: el asesinato del primer ministro israelí Isaac Rabin en 1995. Su asesino no fue un militante palestino, sino un extremista israelí opuesto a los Acuerdos de Oslo, con los que Rabin buscaba un pacto que creara una «tierra de paz», algo repugnante para los radicales israelíes, para quienes la soberanía judía de la Tierra Santa no es negociable.

https://prosyn.org/Q9yJEwHes