El espectro de la ``americanización'' atemoriza al mundo. Sus consecuencias son satanizadas en todas partes, a veces llegando tan lejos como para utilizar la metáfora de un filme (¿necesito decir que es estadounidense?) de ciencia ficción titulado Invasion of the Body Snatchers (la invasión de los allanadores de cuerpos), en la que extraterrestres hostiles toman control de nuestros cuerpos y mentes sin que nos percatemos de ello. Pero la retórica hiperbólica sobre las invasiones no considera la complejidad del cambio cultural que está ocurriendo alrededor nuestro.
Ninguno de los partidos que participan en el debate sobre la ``americanización'' ofrece una explicación convincente del fenómeno. Los que argumentan que es una forma virulenta de ``imperialismo cultural'' al parecer lo ven como un producto de la creciente dominación de mercado de los intereses de los medios estadounidenses. Sni embargo, muchas corporaciones culturales gigantescas -la Sony propiedad de japoneses, la Seagram propiedad de canadienses, el imperio de Murdoch o la alemana Bertelsmann- ya no son estadounidenses, aunque promueven los modelos culturales estadounidenses.
Incluso si los medios fueran propiedad de los estadounidenses, es demasiado fácil decir que los consumidores de cultura en todo el mundo son sólo arcilla en las manos de habilidosos expertos de marketing. Tiene más sentido asumir que hay algunos elementos de la gratificación social, psíquica y estética que explican la resonancia de los modelos culturales estadounidenses y proveen su utilidad comercial.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Antara Haldar
advocates a radical rethink of development, explains what went right at the recent AI Safety Summit, highlights the economics discipline’s shortcomings, and more.
The prevailing narrative that frames Israel as a colonial power suppressing Palestinians’ struggle for statehood grossly oversimplifies a complicated conflict and inadvertently vindicates the region’s most oppressive regimes. Achieving a durable, lasting peace requires moving beyond such facile analogies.
rejects the facile moralism of those who view the ongoing war through the narrow lens of decolonization.
The far-right populist Geert Wilders’ election victory in the Netherlands reflects the same sentiment that powered Brexit and Donald Trump’s candidacy in 2016. But such outcomes could not happen without the cynicism displayed over the past few decades by traditional conservative parties.
shows what Geert Wilders has in common with other ultra-nationalist politicians, past and present.
Log in/Register
Please log in or register to continue. Registration is free and requires only your email address.
El espectro de la ``americanización'' atemoriza al mundo. Sus consecuencias son satanizadas en todas partes, a veces llegando tan lejos como para utilizar la metáfora de un filme (¿necesito decir que es estadounidense?) de ciencia ficción titulado Invasion of the Body Snatchers (la invasión de los allanadores de cuerpos), en la que extraterrestres hostiles toman control de nuestros cuerpos y mentes sin que nos percatemos de ello. Pero la retórica hiperbólica sobre las invasiones no considera la complejidad del cambio cultural que está ocurriendo alrededor nuestro.
Ninguno de los partidos que participan en el debate sobre la ``americanización'' ofrece una explicación convincente del fenómeno. Los que argumentan que es una forma virulenta de ``imperialismo cultural'' al parecer lo ven como un producto de la creciente dominación de mercado de los intereses de los medios estadounidenses. Sni embargo, muchas corporaciones culturales gigantescas -la Sony propiedad de japoneses, la Seagram propiedad de canadienses, el imperio de Murdoch o la alemana Bertelsmann- ya no son estadounidenses, aunque promueven los modelos culturales estadounidenses.
Incluso si los medios fueran propiedad de los estadounidenses, es demasiado fácil decir que los consumidores de cultura en todo el mundo son sólo arcilla en las manos de habilidosos expertos de marketing. Tiene más sentido asumir que hay algunos elementos de la gratificación social, psíquica y estética que explican la resonancia de los modelos culturales estadounidenses y proveen su utilidad comercial.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Subscribe
As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.
Register
Already have an account? Log in