wolfgang schauble Wiktor Dabkowski/ZumaPress

La tormenta en ciernes de Schäuble

ATENAS – La crisis europea está lista para adentrarse en su fase más peligrosa. Después de obligar a Grecia a aceptar otro acuerdo de rescate para «extender plazos y pretender cumplir», se están marcando nuevas líneas de batalla. Además, con el ingreso de los refugiados, que expone los daños causados por las perspectivas económicas divergentes y el desempleo juvenil por las nubes en la periferia europea, las ramificaciones son ominosas, como recientemente las declaraciones de tres políticos europeos –el primer ministro italiano, Matteo Renzi; el ministro de economía francés, Emmanuel Macron; y el ministro de finanzas alemán Wolfgang Schäuble– dejaron en claro.

Renzi se acercó a demoler, al menos retóricamente, las normas fiscales que Alemania ha defendido durante tanto tiempo. En un acto de desafío destacable amenazó con que si la Comisión Europea rechaza el presupuesto nacional de Italia, volverá a presentarlo sin cambios.

Esta no fue la primera vez en que Renzi se distancia de los líderes alemanes. Y no fue accidental que su declaración siguiera a un esfuerzo de meses por parte de su propio ministro de finanzas, Pier Carlo Padoan, para demostrar el compromiso italiano con las «normas» de la zona del euro respaldadas por los alemanes. Renzi entiende que adherir a la parsimonia inspirada por los alemanes está llevando a la economía italiana y a sus finanzas públicas a un estancamiento más profundo, acompañado por un mayor deterioro del coeficiente de deuda a PBI. Como político consumado, Renzi sabe que esta es una vía rápida hacia el desastre electoral.

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