subran1_PhotoAltoFrederic CirouGetty Images_eurocash PhotoAlto/Frederic Cirou/Getty Images

Un uso para el ahorro ocioso europeo

MÚNICH – La pandemia de COVID‑19 es una crisis inédita. En 2020 hundió la economía global en la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. Pero tras un año de apatía, ahora los hogares y empresas privadas de Europa cuentan con un enorme excedente de efectivo. El uso que se le dé en particular a los ahorros acumulados de los hogares será crucial para la trayectoria de la recuperación pospandemia en el continente.

Las reservas de efectivo de las empresas se crearon con endeudamiento a gran escala, pero el comportamiento de las familias durante la pandemia ha sido prudente: tanto el nivel de deuda como el apalancamiento de los hogares se han mantenido básicamente estables. Las reservas de efectivo (o exceso de ahorro, como se lo suele llamar) de los hogares son resultado de una disminución del gasto (sobre todo, en servicios). Sólo en 2020, la cancelación de salidas a cenar, vacaciones y conciertos acrecentó en 450 000 millones de euros (534 000 millones de dólares) el ahorro de los hogares europeos. Y la reimposición de cuarentenas en la primera mitad de este año puede sumar otros 200 000 millones de euros al total en 2021.

Como sea, Europa iba a experimentar un rebote económico durante este año independientemente de lo que ocurra con el exceso de ahorro. Pero el uso que den los hogares a ese excedente es uno de los factores de los que dependerá la trayectoria futura de la recuperación: un regreso a la senda de crecimiento anterior a la crisis (con las tensiones sociales y reacciones políticas derivadas) o el inicio de una nueva era de prosperidad inclusiva y sostenible.

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