PARÍS – “Las estrellas boreales” fue el título de una importante exposición realizada en París hace algunos años y cuyo tema eran las obras maestras escandinavas. Sin embargo, "Las estrellas boreales" también puede referirse a lo que Europa, si no es que todo Occidente, necesita ahora: un modelo político, económico, social y ético. En efecto, al convertirse en el primer líder de centro derecha que obtiene la reelección en Suecia en la era moderna, el primer ministro Fredrik Reinfeldt no sólo acabó con la hegemonía electoral de centro izquierda en su país sino que reveló que el modelo moderno de gobernanza escandinavo es pertinente en toda Europa.
Ahora que las reducciones presupuestarias parecen estar a la orden del día, el poder político en Escandinavia es modesto y generalmente honesto. Las mujeres tienen una participación esencial en la sociedad y en la política, y lo han tenido durante largo tiempo. El capitalismo escandinavo tradicionalmente ha sido más humano, y la injusticia social, si bien existe, es mucho menos destructiva que en el sur de Europa, por ejemplo. Además, los inmigrantes en general reciben un trato que tiene más respeto de su dignidad.
Con seguridad, muchos otros europeos reconocen estas “virtudes.” No obstante, su reacción natural es decir que “eso no es para nosotros.” Muchos piensan que para poner en práctica las virtudes escandinavas, es necesario venir de un país con un clima frío y una población pequeña y homogénea que acepte pagar impuestos elevados sin quejarse.
PARÍS – “Las estrellas boreales” fue el título de una importante exposición realizada en París hace algunos años y cuyo tema eran las obras maestras escandinavas. Sin embargo, "Las estrellas boreales" también puede referirse a lo que Europa, si no es que todo Occidente, necesita ahora: un modelo político, económico, social y ético. En efecto, al convertirse en el primer líder de centro derecha que obtiene la reelección en Suecia en la era moderna, el primer ministro Fredrik Reinfeldt no sólo acabó con la hegemonía electoral de centro izquierda en su país sino que reveló que el modelo moderno de gobernanza escandinavo es pertinente en toda Europa.
Ahora que las reducciones presupuestarias parecen estar a la orden del día, el poder político en Escandinavia es modesto y generalmente honesto. Las mujeres tienen una participación esencial en la sociedad y en la política, y lo han tenido durante largo tiempo. El capitalismo escandinavo tradicionalmente ha sido más humano, y la injusticia social, si bien existe, es mucho menos destructiva que en el sur de Europa, por ejemplo. Además, los inmigrantes en general reciben un trato que tiene más respeto de su dignidad.
Con seguridad, muchos otros europeos reconocen estas “virtudes.” No obstante, su reacción natural es decir que “eso no es para nosotros.” Muchos piensan que para poner en práctica las virtudes escandinavas, es necesario venir de un país con un clima frío y una población pequeña y homogénea que acepte pagar impuestos elevados sin quejarse.