YANGON – Las órdenes religiosas de monjes han sido el rostro de Birmania desde que se introdujo el budismo hace más de 1,000 años. El que un monje se involucre en política o que tenga un cargo público va en contra del budismo theravada. Pero en la Birmania de hoy, esta filosofía espiritual, basada en la compasión y la no violencia, ha adquirido dimensiones inesperadas de desafío y obstinación con las que los monjes impugnan la hegemonía de la junta militar que gobierna nuestro país.
YANGON – Las órdenes religiosas de monjes han sido el rostro de Birmania desde que se introdujo el budismo hace más de 1,000 años. El que un monje se involucre en política o que tenga un cargo público va en contra del budismo theravada. Pero en la Birmania de hoy, esta filosofía espiritual, basada en la compasión y la no violencia, ha adquirido dimensiones inesperadas de desafío y obstinación con las que los monjes impugnan la hegemonía de la junta militar que gobierna nuestro país.