hsieh2_ERIC BARADATAFP via Getty Images_worldbankbuildinglogo Eric Baradat/AFP via Getty Images

Necesidad de un acuerdo mundial efectivo para suspender los pagos del servicio de la  deuda

Londres/Nueva York/Ginebra – A fin de enfrentar la crisis económica sin precedentes causada por la pandemia de la COVID-19, los responsables de las políticas públicas en los países de altos ingresos han adoptado una estrategia de “hacer lo que todo lo que sea necesario hacer” a fin de salvar sus economías del colapso. Sin embargo, estos mismos responsables de las políticas públicas, frente a la crisis mucho peor que enfrentan el resto de los países, han invocado la política del Presidente Herbert Hoover al comienzo de la Gran Depresión, afirmando que no se puede hacer nada más. El resultado es un paquete de rescate de billones de dólares para las economías desarrolladas, por una parte, y migajas para las demás economías, por la otra.

La tragedia de todo esto no radica únicamente en que los costes económicos del distanciamiento social serán probablemente mucho más elevados en los países emergentes, sino que además los enormes esfuerzos de rescate económico que llevan a cabo los países de altos ingresos harán que sea mucho más difícil que los países de menores ingresos puedan combatir la pandemia.

Aquellos países con suficiente capacidad de endeudamiento, tales como Estados Unidos de Norteamérica, han podido levantar fondos con intereses a tasas ínfimas. No obstante, esos fondos provienen de inversores de mercados emergentes que buscan seguridad y de inversores norteamericanos que buscan liquidar sus posiciones en activos extranjeros. En otras palabras, parte del financiamiento con el cual cuenta los Estados Unidos de Norteamérica, así como otras economías avanzadas, proviene de las economías emergentes que tienen necesidades financieras mucho más apremiantes.

https://prosyn.org/hOdWtiPes