¿Puede el elefante bailar con el dragón?

TRIVANDRUM, INDIA – Hoy en día está de moda, sobre todo en Occidente, mencionar a la India y a China en la misma oración. Se dice que estos son los dos países que se están adueñando del mundo, los nuevos competidores por la supremacía global después de siglos de dominio occidental, la respuesta oriental a las generaciones de éxito económico de Occidente.

En efecto, dos nuevos libros reúnen explícitamente a los dos países: The Elephant and the Dragon: The Rise of India and China and What It Means for All of Us (El elefante y el dragón: el surgimiento de India y China y lo que significa para todos nosotros), de Robyn Meredith y Billions of Entrepreneurs: How China and India are Reshaping their Futures – and Yours  (Miles de millones de empresarios: Cómo China y la India están reconfigurando sus futuros –y el de usted), del profesor de negocios de Harvard Tarun Khanna. Ambos libros consideran que el reciente avance de la India y China está moviendo las placas tectónicas económicas y políticas del mundo. Algunos incluso hablan de “Chindia”, como si en la imaginación internacional ambos países estuvieran unidos por la cadera.

Cuéntenme entre los escépticos. No es sólo que China y la India tengan poco en común, además del hecho de que se encuentran en un espacio físico bastante grande llamado “Asia”.  Sucede también que ya están en etapas de desarrollo muy diferentes. China empezó su liberalización quince años antes que China, llegó a los dígitos dobles en su crecimiento cuando la India seguía rondando el 5% y, con el crecimiento compuesto, está en una categoría económica totalmente distinta a la de la India, y sigue creciendo más rápido a partir de una base más amplia.

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