

Fifteen years after the collapse of the US investment bank Lehman Brothers triggered a devastating global financial crisis, the banking system is in trouble again. Central bankers and financial regulators each seem to bear some of the blame for the recent tumult, but there is significant disagreement over how much – and what, if anything, can be done to avoid a deeper crisis.
RÍO DE JANEIRO – La victoria del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva sobre el actual mandatario Jair Bolsonaro envía un fuerte mensaje al resto del mundo. Si bien ganó por un margen estrecho, Lula, como se lo conoce, triunfó al conformar una amplia coalición democrática que va de la extrema izquierda a la centroderecha.
Frente a un país profundamente dividido, el presidente electo ahora está marcando el tono para el mandato de cuatro años que comenzará en enero de 2023. En su discurso tras la victoria, prometió establecer un gobierno civil, inclusivo, conciliatorio y verde. Y al hacer un llamado a la cicatrización de las heridas y a la solidaridad, ofreció un marcado contraste con la retórica divisiva de su antecesor.
A no confundirse: Lula enfrentará tremendos vientos de frente cuando gobierne la cuarta democracia más grande del mundo. Si bien sus convicciones quedaron relegadas, a muchos brasileños los enfurece que un hombre antes implicado en escándalos de corrupción regrese a la presidencia. Lula también tendrá que lidiar con un bloque importante de legisladores de extrema derecha, desafíos económicos titánicos y una guerra cultural latente desatada por Bolsonaro y sus seguidores militantes.
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