Fifteen years after the collapse of the US investment bank Lehman Brothers triggered a devastating global financial crisis, the banking system is in trouble again. Central bankers and financial regulators each seem to bear some of the blame for the recent tumult, but there is significant disagreement over how much – and what, if anything, can be done to avoid a deeper crisis.
WASHINGTON, D.C. – La opinión establecida actualmente sobre la zona del euro es la de que la crisis está superada: la intensa –y en muchos casos existencial – preocupación de un momento anterior de este año sobre el futuro de la moneda común ha quedado aplacada y ahora todo vuelve a estar controlado.
Pero no corresponde en nada a la realidad factual. Los mercados de bonos europeos están enviando de nuevo un mensaje escalofriante a las autoridades mundiales. Como los bonos de las naciones “periféricas” de la zona del euro siguen perdiendo valor, el riesgo de quiebras soberanas irlandesa, griega y portuguesa es mayor que nunca.
Es así, pese al plan de rescate combinado que la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo crearon para Grecia el pasado mes de mayo y pese al programa continuo de compra de bonos de los países periféricos de la UE por parte del BCE. Cuando faltan sólo unas semanas para sus reuniones anuales (a las que seguirá la cumbre del G-20 en Seúl en noviembre), el FMI está cediendo a las presiones para que aporte sumas cada vez mayores a la UE con condiciones cada vez más laxas.
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