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Un triunfo de la innovación e inmigración alemanas

MÚNICH – El mundo tomó nota cuando la emergente alemana BioNTech anunció un avance decisivo en el desarrollo de un nuevo tipo de vacuna para combatir el COVID-19. Tras probarla en decenas de miles de personas, la vacuna de BioNTech ha demostrado una eficacia del 95% de protección frente a la infección. La compañía fue la primera en solicitar en los Estados Unidos autorización para un uso de emergencia para un coronavirus, y ha anunciado que pronto adoptará pasos similares en Europa.

Las vacunas antivirales se suelen hacer con materiales virales debilitados fabricados fuera del cuerpo, pero BioNTech siguió un nuevo método: inyectar ARN modificado genéticamente al paciente, lo que impulsa a sus células a producir ellas mismas una proteína característica del virus SARS-CoV-2, con lo que el sistema inmune del cuerpo acumula una respuesta eficaz antes de encontrarse con el virus real.

La gran ventaja de este enfoque es que permite la producción de más de mil millones de dosis de la vacuna en unos cuantos meses. También es altamente segura, porque el ARN modificado puede sobrevivir en temperaturas muy bajas y se degrada rápidamente en el cuerpo una vez hecha su labor. En consecuencia, es extremadamente improbable que genere daños posteriores en el cuerpo.

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