Los aliados islamistas de conveniencia de de los Estados Unidos

NUEVA Delhi – En tan sólo un decenio, los Estados Unidos han intervenido militarmente en tres países de mayoría musulmana y han derribado tres gobiernos. Ahora la misma coalición de intervencionistas izquierdistas y neoconservadores americanos que promovió dichas guerras está presionando para que se lancen ataques punitivos en Siria sin reflexionar sobre el hecho de que la política de los EE.UU. haya acabado fortaleciendo a los islamistas y fomentando el antiamericanismo. De hecho, el resultado de la última “intervención humanitaria” ha sido claramente contraproducente, al convertir a Libia en un caldo de cultivo para militantes transnacionales.

Como pone de relieve el intenso debate habido en los EE.UU. sobre la propuesta de utilización de la fuerza militar por parte del Presidente Barack Obama, el objeto de la presión en pro del ataque a Siria no es el de defender el interés nacional de los Estados Unidos. Más bien el deseo de proteger el “crédito” de los EE.UU. ha pasado a ser el último refugio de quienes desean otra guerra en Oriente Medio.

Si se eliminara del debate el “crédito” y se centrara la atención directamente en hacer avanzar a largo plazo los intereses de los EE.UU., quedaría claro que un ataque a Siria podría no brindar siquiera beneficios geopolíticos temporales. A largo plazo, desencadenaría importantes consecuencias no deseadas, entre ellas una división “suave” de Siria al estilo del Iraq y la creación de un refugio para extremistas que se extendiera por gran parte de la Siria septentrional controlada por los islamistas y las zonas suníes del Iraq.

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