Los mundos árabe y musulmán enfrentan ahora un reto "civilizacional" como ningún otro que hayan enfrentado desde la caída del Imperio Otomán. Los ataques terroristas en Nueva York y en Washington costaron miles de vidas inocentes. Millones de vidas más serán devastadas si los musulmanes y los árabes responden al 11 de septiembre insisten aún más en sentirse víctimas.