haass113_Aurora SamperioNurPhoto via Getty Images_USimmigrationwallborderprotest Aurora Samperio/NurPhoto via Getty Images

La desglobalización y sus descontentos

NUEVA YORK – La cada vez mayor interconexión global (los crecientes flujos transfronterizos de personas, bienes, energía, correos electrónicos, señales de radio y televisión, datos, drogas, terroristas, armas, dióxido de carbono, alimentos, dólares y, por supuesto, virus, biológicos e informáticos) ha sido un rasgo definitorio del mundo moderno. Pero la pregunta es si el punto máximo de la globalización ya pasó y, de ser así, si lo que viene ahora es para darle la bienvenida o para resistirlo.

Es verdad que siempre ha habido movimiento de bienes y personas por el mundo, a través de los mares o en la antigua Ruta de la Seda. Lo que hoy es diferente es la escala, la velocidad y la variedad de esos flujos. Sus consecuencias ya son significativas, y lo son cada vez más. Si la historia de los últimos siglos dependió en gran medida de la rivalidad entre grandes potencias y de su buen o mal manejo, es más probable que lo que definirá la era actual sean los desafíos globales y la buena o mala respuesta mundial.

Los motores de la globalización han sido la tecnología moderna (desde aviones y satélites hasta Internet) y las políticas que abrieron los mercados al comercio y a la inversión. La estabilidad y la inestabilidad la promovieron; la primera al hacer posible la actividad comercial y el turismo, la segunda al impulsar flujos de migrantes y refugiados. Los gobiernos en general la consideraron favorable en términos netos, y no le pusieron obstáculos.

https://prosyn.org/uJVcgtFes