NEW HAVEN – La buena noticia es que Estados Unidos y China parecen haberse alejado del precipicio de una guerra comercial. Aunque vago en detalles, un acuerdo del 19 de mayo distiende la tensión y se compromete a continuar con la negociación. La mala noticia es que el marco de las negociaciones es defectuoso: un acuerdo con cualquier país hará poco por resolver los desequilibrios económicos fundamentales de Estados Unidos que han surgido en un mundo interconectado.
Existe una desconexión de larga data entre las estrategias bilaterales y multilaterales para los problemas económicos internacionales. En mayo de 1930, unos 1.028 de los economistas académicos más prominentes de Estados Unidos escribieron una carta pública al presidente norteamericano Herbert Hoover instándolo a vetar el proyecto de ley arancelario Smoot-Hawley que estaba en discusión. Hoover ignoró el consejo, y la guerra comercial global que sobrevino después transformó en "enorme" una depresión común y corriente. El presidente Donald Trump tuvo una actitud comparable en cuanto a qué hace falta para "hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande".
Los políticos han favorecido durante mucho tiempo la perspectiva bilateral, porque simplifica la culpa: los problemas "se resuelven" apuntando a un país específico. Por el contrario, la estrategia multilateral atrae a la mayoría de los economistas, porque acentúa las distorsiones de la balanza de pagos que surgen a partir de los desfases entre el ahorro y la inversión. Este contraste entre lo simple y lo complejo es una razón obvia e importante por la cual los economistas suelen perder los debates públicos. La ciencia lúgubre nunca se caracterizó por la claridad.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
After years in the political wilderness, the UK Labour Party is now far ahead in opinion polls, with sensible plans for improving the country's economic performance. But to translate promises into results, any future government will have to do something about the elephant in the room: chronic under-investment.
explains what it will take for any political party to restore hope in the country's long-term economic future.
For the US, Slovakia's general election may produce another unreliable allied government. But instead of turning a blind eye to such allies, as President Joe Biden has been doing with Poland, or confronting them with an uncompromising stance, the US should spearhead efforts to help mend flawed democracies.
reflect on the outcome of Slovakia's general election in the run-up to Poland's decisive vote.
NEW HAVEN – La buena noticia es que Estados Unidos y China parecen haberse alejado del precipicio de una guerra comercial. Aunque vago en detalles, un acuerdo del 19 de mayo distiende la tensión y se compromete a continuar con la negociación. La mala noticia es que el marco de las negociaciones es defectuoso: un acuerdo con cualquier país hará poco por resolver los desequilibrios económicos fundamentales de Estados Unidos que han surgido en un mundo interconectado.
Existe una desconexión de larga data entre las estrategias bilaterales y multilaterales para los problemas económicos internacionales. En mayo de 1930, unos 1.028 de los economistas académicos más prominentes de Estados Unidos escribieron una carta pública al presidente norteamericano Herbert Hoover instándolo a vetar el proyecto de ley arancelario Smoot-Hawley que estaba en discusión. Hoover ignoró el consejo, y la guerra comercial global que sobrevino después transformó en "enorme" una depresión común y corriente. El presidente Donald Trump tuvo una actitud comparable en cuanto a qué hace falta para "hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande".
Los políticos han favorecido durante mucho tiempo la perspectiva bilateral, porque simplifica la culpa: los problemas "se resuelven" apuntando a un país específico. Por el contrario, la estrategia multilateral atrae a la mayoría de los economistas, porque acentúa las distorsiones de la balanza de pagos que surgen a partir de los desfases entre el ahorro y la inversión. Este contraste entre lo simple y lo complejo es una razón obvia e importante por la cual los economistas suelen perder los debates públicos. La ciencia lúgubre nunca se caracterizó por la claridad.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Subscribe
As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.
Register
Already have an account? Log in