Una recuperación sustentable

NUEVA YORK – La recesión global que hoy está en marcha es el resultado no sólo de un pánico financiero, sino también de una incertidumbre más elemental sobre la futura dirección de la economía mundial. Los consumidores están cancelando compras de casas y automóviles no sólo porque sufrieron un golpe a su riqueza tras la caída de los precios de las acciones y el valor de sus viviendas, sino también porque no saben adónde recurrir. ¿Deberían arriesgarse a comprar un auto nuevo cuando los precios del combustible podrían volver a subir? ¿Podrán poner comida en la mesa después de la aterradora subida de los precios de los alimentos de este año?

Las decisiones sobre las inversiones comerciales son aún más sombrías. Las empresas se rehúsan a invertir en un momento en que la demanda de los consumidores se está desplomando y enfrentan sanciones por riesgo sin precedentes por sus costos de préstamo. También enfrentan enormes incertidumbres. ¿Qué tipo de centrales eléctricas serán aceptables en el futuro? ¿Se les permitirá emitir dióxido de carbono como en el pasado? ¿Estados Unidos puede todavía permitirse un estilo de vida suburbano, con casas expandidas en amplias comunidades que exigen realizar largos trayectos en automóvil?

En gran medida, la recuperación económica dependerá de una sensación mucho más clara sobre la dirección del futuro cambio económico. Esa es básicamente tarea del gobierno. Después del liderazgo confuso y equivocado de la administración Bush, que no marcó un sendero claro para las políticas de energía, salud, climáticas y financieras, el presidente electo Barack Obama tendrá que empezar a trazar un curso que defina la futura dirección de la economía norteamericana.

https://prosyn.org/sR2wg4ues