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Una gobernanza ágil para un mundo fracturado

GINEBRA – A medida que la Cuarta Revolución Industrial siga cambiando la forma de la economía política global, muchos buscan ideas sobre cómo influir de manera positiva al cambio sistémico. En un mundo donde la tecnología es tanto un factor de disrupción y la fuerza impulsora del progreso, el mejor enfoque podría ser aplicar las lecciones de la tecnología a la formulación y aplicación mismas de las políticas. Como los empresarios emergentes, los encargados de formular políticas deben buscar más maneras de repetir lo que funciona y dejar de lado lo que no.

Para cualquier observador de los asuntos mundiales, es claro que tras un periodo relativamente largo de paz y prosperidad sin precedentes y dos décadas de creciente integración, apertura e inclusión, el péndulo oscila ahora hacia la fragmentación, el nacionalismo y el conflicto.

En efecto, el nuevo orden mundial ya se ha fracturado de varios modos. Hay ambiciosos acuerdos comerciales multilaterales que se han roto porque uno de los firmantes se retiró. Se está socavando la cooperación global sin precedentes que se había logrado en el acuerdo climático de París de 2015. Los movimientos separatistas se están volviendo más vocales a medida que las comunidades subnacionales buscan fuentes de identidad que reestablezcan una sensación de control. Y el Presidente de los Estados Unidos ha señalado que impulsará el interés nacional por sobre todas las cosas, y que otros líderes nacionales deberían hacer lo mismo.

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