stiglitz280_Thierry MonasseGetty Images_eu meeting Thierry Monasse/Getty Images

Las variables centrales para una recuperación global

NUEVA YORK – Mientras nos acercamos a un nuevo año, algo queda completamente claro: la COVID-19 no se desvanecerá, como sugirió en reiteradas ocasiones el presidente saliente de EE. UU., Donald Trump. Aunque hubo una recuperación económica sustancial desde los peores momentos durante los confinamientos iniciales en la primavera pasada, las pérdidas del PBI y el empleo en todo el mundo son suficientes para que esta sea la segunda o tercera mayor crisis en los últimos 100 años, algo que no cambia con la aprobación de las vacunas.

El regreso a la normalidad llevará tiempo y plantea el interrogante sobre la extensión de los daños en el ínterin. La respuesta dependerá de las políticas económicas que empleen los principales países en los próximos meses. Ya existen significativas posibilidades de efectos de histéresis (de largo plazo). Los balances de los hogares y las empresas que fueron aniquilados solo se recuperarán gradualmente; las empresas que quebraron durante la pandemia no «desquebrarán» repentinamente cuando se controle al virus.

Para gestionar esos efectos, un gramo de prevención equivale a un kilo de soluciones. Sin embargo, en este momento, las perspectivas para el corto plazo siguen siendo extremadamente difíciles de leer.

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