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¿La China de hoy es la Unión Soviética de ayer?

STANFORD – En octubre, el 20.° Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh) confirmó al presidente Xi Jinping y a los principales líderes políticos de ese país para los próximos cinco años. Pero el impacto que eso tendrá en la economía china dependerá de tres factores: el estado de las instituciones del país, la situación económica actual y pasada, y las intenciones políticas de sus líderes.

Las instituciones chinas más fundamentales son totalitarias y reflejan y reproducen el control monopólico del PCCh sobre cada una de las facetas de la sociedad, incluida la economía. Las instituciones partidarias-estatales de control totalitario fueron trasplantadas en su totalidad desde la Unión Soviética en 1949. Aunque el totalitarismo al estilo soviético colapsó tres décadas atrás bajo el peso de sus fracasos económicos, China parecía ser la excepción. La cuestión es ahora si el experimento totalitario chino será capaz de durar.

Para responder esa pregunta, hay que entender la estructura del «totalitarismo con características chinas». Uno de sus pilares clave es el totalitarismo con descentralización regional (TDR), que combina un control totalitario muy centralizado de la política, la ideología y el personal con la descentralización de los asuntos administrativos y económicos.

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