goldman2_ Bastiaan SlabbersNurPhoto via Getty Images_vaccines Bastiaan Slabbers/NurPhoto via Getty Images

Movilizar a los jóvenes contra los antivacunas

BRUSELAS – El sarampión ha vuelto. Los casos informados de la enfermedad –que había prácticamente desaparecido por décadas- se han elevado en Europa y Estados Unidos, causando 110.000 muertes en todo el mundo en 2017. Los niños y niñas deliberadamente no vacunados son las principales víctimas de la epidemia, y su causa primaria.

El activismo antivacunas ha existido casi por tanto tiempo como las vacunas mismas. Pero se ha intensificado desde 1998, cuando en un caso histórico de “noticias falsas” en el ámbito médico, Andrew Wakefield y sus coautores publicaron un artículo en The Lancet, una publicación médica de referencia, en el que afirmaban haber encontrado un vínculo entre la vacuna del sarampión, las paperas y la rubéola (SPR) y el autismo.

Una acuciosa investigación subsiguiente reveló que el artículo era completamente falso. Lamentablemente, para cuando The Lancet se desdijo del artículo en 2010, ya había dado nuevo impulso al movimiento antivacunas, generando una creciente desconfianza de la vacuna SPR y haciendo que menos gente la aceptara.

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