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La visión de Xi Jinping para la gobernanza global

NUEVA YORK – El contraste entre el desconcierto que reina en Occidente (exhibido abiertamente en la cumbre de la OTAN y en la reunión del G7 celebrada el mes pasado en Canadá) y la creciente autoconfianza internacional de China se vuelve más evidente día a día. El mes pasado, el Partido Comunista de China (PCC) concluyó su “Conferencia central de trabajo relacionado con asuntos exteriores”, la segunda desde que Xi Jinping se convirtió en líder indiscutido de China en 2012. Estas conferencias no son un asunto de rutina; son la expresión más clara de la visión que tiene la dirigencia china del lugar de su país en el mundo, y también cuentan al mundo mucho sobre China.

En la última edición de la conferencia, en 2014, se dio funeral al famoso dicho de Deng Xiaoping “oculta tu fuerza, espera el momento, nunca tomes la delantera”, para iniciar una nueva era de activismo internacional. En parte, este cambio reflejó la centralización del control en manos de Xi, la conclusión de la dirigencia china de que hay una merma relativa del poder de Estados Unidos y su visión de que China se ha vuelto un actor económico global indispensable.

Desde 2014, China expandió y consolidó su posición militar en el Mar de China Meridional; tomó la idea de la Nueva Ruta de la Seda y la convirtió en una iniciativa comercial, de inversiones, de infraestructura y geopolítica/geoeconómica en general por valor de varios billones de dólares, en la que participan 73 países de gran parte de Eurasia, África y otras regiones. Y sumó a la mayor parte del mundo desarrollado al primer banco de desarrollo multilateral de gran escala fuera del sistema de Bretton Woods: el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura.

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