

From semiconductors to electric vehicles, governments are identifying the strategic industries of the future and intervening to support them – abandoning decades of neoliberal orthodoxy in the process. Are industrial policies the key to tackling twenty-first-century economic challenges or a recipe for market distortions and lower efficiency?
PARÍS – Pasaron 100 años desde que terminó la Primera Guerra Mundial, y el centenario fue conmemorado este mes con grandes pompas en Australia, Canadá, Francia y el Reino Unido. Alemania envió autoridades de alto nivel a Francia para la ocasión, reafirmando así la reconciliación entre los dos países. Pero el hecho de que la reconciliación franco-alemana no ocurriera hasta que Europa hubiera sufrido otra guerra devastadora demuestra lo frágil que puede ser la paz, especialmente cuando los líderes políticos son tan miopes como suelen ser.
El historiador de Cambridge Christopher Clark correctamente tituló Sonámbulos su libro de 2012 sobre los orígenes de la Primera Guerra Mundial. Por una combinación de ceguera voluntaria, total complacencia y terquedad intensa, los líderes de Europa sometieron a sus países a un conflicto que sacudió a toda una generación.
Para cuando estalló la Primera Guerra Mundial, debería haber quedado en claro que la industrialización y la revolución del transporte habían transformado el conflicto bélico. La Guerra de Crimea de 1853-1856 tuvo más de un millón de víctimas; la guerra civil norteamericana de 1861-1865 resultó en más de 600.000 muertes.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Subscribe
As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.
Register
Already have an account? Log in