BERLÍN – Por más que Donald Trump proteste y patalee, su presidencia terminará el 20 de enero de 2021. Él será historia; pero lamentablemente, su legado político perdurará. Habiendo obtenido el voto de casi 75 millones de estadounidenses (Joe Biden obtuvo 82 millones) Trump movilizó un nivel de apoyo extraordinario e inesperado de una base de seguidores que seguirá llevando al Partido Republicano hacia su variante de aislacionismo nacionalista.
Igual que un fantasma, el trumpismo acechará la política estadounidense por mucho tiempo, y alguna versión suya volverá a competir en las urnas en 2024; eso es seguro. Para dejar al trumpismo vencido, los demócratas tenían que conseguir una «ola azul» de victorias en todas las secciones electorales. No lo hicieron.
La idea de que Trump en persona vuelva a ser candidato es improbable, en vista de su edad. Pero ya hay herederos populistas más jóvenes compitiendo por el cetro. Para Europa y para la relación transatlántica (ambas con un interés existencial en que Estados Unidos mantenga el compromiso con la cooperación multilateral) la elección de Biden representa una victoria en una batalla decisiva, pero no en la guerra.
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Given this summer's climate-driven disasters, one might think that the European political system would be devising comprehensive adaptation plans. But, despite some steps in the right direction, Europeans are only just waking up to the constitutional implications of a changing physical environment.
thinks a changing climate will force the European Union finally to embrace its political nature.
BERLÍN – Por más que Donald Trump proteste y patalee, su presidencia terminará el 20 de enero de 2021. Él será historia; pero lamentablemente, su legado político perdurará. Habiendo obtenido el voto de casi 75 millones de estadounidenses (Joe Biden obtuvo 82 millones) Trump movilizó un nivel de apoyo extraordinario e inesperado de una base de seguidores que seguirá llevando al Partido Republicano hacia su variante de aislacionismo nacionalista.
Igual que un fantasma, el trumpismo acechará la política estadounidense por mucho tiempo, y alguna versión suya volverá a competir en las urnas en 2024; eso es seguro. Para dejar al trumpismo vencido, los demócratas tenían que conseguir una «ola azul» de victorias en todas las secciones electorales. No lo hicieron.
La idea de que Trump en persona vuelva a ser candidato es improbable, en vista de su edad. Pero ya hay herederos populistas más jóvenes compitiendo por el cetro. Para Europa y para la relación transatlántica (ambas con un interés existencial en que Estados Unidos mantenga el compromiso con la cooperación multilateral) la elección de Biden representa una victoria en una batalla decisiva, pero no en la guerra.
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