Cambio de rumbo de China hacia Corea del Norte

BEIJING – Tras una primavera marcada por el aumento de las tensiones en la Península Coreana, en las últimas semanas una frenética serie de actividades diplomáticas ha traído algo de esperanza de que se pueda lograr un acercamiento de mentalidades, al menos entre China, Corea del Sur y Estados Unidos. Sin embargo, sigue por encontrarse el inicio de un consenso viable sobre cómo reducir los riesgos a la seguridad que representan las impredecibles reacciones del régimen norcoreano.

Tras un encuentro (bastante duro, según se dice) entre el Presidente chino Xi Jinping y el Vice Mariscal Choe Ryong-hae, uno de los cuatro miembros de la junta que de facto dirige Corea del Norte, se celebró la cumbre sino-estadounidense en California, con Corea del Norte como uno de los puntos centrales de las conversaciones. Poco después se realizó una cumbre entre Xi y el Presidente surcoreano Park Geun-hye. El hecho de que Xi haya participado en los tres encuentros deja al descubierto dos verdades: la actitud de China es la clave para solucionar los problemas que representa Corea del Norte y parece ser que China está buscando un nuevo enfoque al respecto.

El interés de China en una nueva política hacia Corea del Norte no es del todo nuevo. Después de todo, en las últimas dos décadas ha ido cambiando poco a poco en una dirección más constructiva, reflejando su creciente prominencia internacional, así como la cautelosa aceptación de sus gobernantes del papel global que ha dado al país su nuevo poderío económico.

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