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Las vacunas pueden enmendar los vínculos entre Estados Unidos y la UE

STANFORD – Por más extraño que parezca, las vacunas hoy son la clave para revivir la relación transatlántica. La administración de “Estados Unidos primero” del ex presidente Donald Trump había dejado los vínculos entre Estados Unidos y sus aliados europeos extremadamente desgastados. De modo que, en su discurso ante la Conferencia de Seguridad de Múnich en febrero, el presidente Joe Biden pensó que lo mejor era reafirmar el respaldo de Estados Unidos del Artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte: un ataque a uno de los miembros de la OTAN sería considerado un ataque a todos.

Todo esto son buenas noticias. Sin embargo, un discurso no deja de ser un discurso y algunos se preguntan qué valor tiene el Artículo 5 y la Alianza cuando la escasez de suministros de vacunas contra el COVID-19 de Europa está poniendo en peligro la vida y el sustento de los europeos mientras que Estados Unidos está nadando en dosis. La administración Biden ni siquiera ha presionado para obtener la aprobación de la Administración de Medicamentos y Alimentos de la vacuna de Oxford-AstraZeneca del Reino Unido, a pesar de tener unos 60 milliones de dosis a su disposición.

No hay duda del deseo de Biden de revitalizar los vínculos con Europa, razón por la cual su administración debe resolver este desequilibrio escandaloso de vacunas y ayudar a los europeos en su momento de necesidad. La manera más rápida de hacerlo –y de fortalecer la relación transatlántica- es una producción conjunta de vacunas norteamericano-europea en Europa. Aquí, el equipo de Biden debería seguir el modelo del acuerdo sumamente exitoso que se selló en Estados Unidos, donde Merck está fabricando millones de dosis de la vacuna de Johnson & Johnson (J&J) bajo licencia.

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