

Tackling the COVID-19 pandemic and engineering an economic recovery are only two of the challenges facing new US President Joe Biden. Amid deep social divisions and the continued threat of right-wing extremist violence, Biden must also try to re-establish democratic political norms and restore trust in American leadership at home and abroad.
GINEBRA – Para la mayoría de la gente, no debería ser necesario optar entre una enfermedad potencialmente mortal y una deuda de por vida. Sin embargo, cada año cientos de millones de personas en todo el mundo se ven obligadas a afrontar este dilema debido al coste prohibitivo del tratamiento médico. Y, paradójicamente, los más afectados no son los que tienen que pagar altos costes médicos, sino quienes viven en las zonas más pobres del mundo.
Si bien países como Estados Unidos tienen costes de tratamiento notablemente altos, con una deuda médica que es una de las causas principales de la bancarrota personal, en realidad los habitantes de los países pobres gastan más en costes médicos en proporción a sus ingresos. Y puesto que los seguros médicos no existen o son demasiado costosos y la protección contra la quiebra no suele ser una opción, con demasiada frecuencia esas personas y sus familias acaban viéndose arrastradas hacia la pobreza.
En muchos casos se podría evitar por completo esta tragedia que recae sobre algunas de las personas más vulnerables del planeta. Un nuevo estudio publicado en febrero en la revista Health Affairs sugiere otra opción: en muchos casos los costes médicos se pueden prevenir a través del uso de vacunas baratas y de amplio acceso.
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