WASHINGTON, DC – Estados Unidos por fin ha comenzado a prestarle atención a África. Pero, pese a los últimos intentos de acercamiento (la Cumbre de Líderes de Estados Unidos y África de diciembre y la gira continental de diez días que hizo el mes pasado la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos Janet Yellen), no se percibe una estrategia -digna de este nombre- en las relaciones con el continente. E idéntica carencia caracteriza a la Unión Europea.
El renovado interés de Occidente en África tendría que haber comenzado hace mucho. Al continente le corresponde un papel esencial en los asuntos internacionales, en particular por su enorme importancia para el crecimiento económico mundial futuro y la transformación energética verde; importancia que deriva de su urbanización acelerada, del perfil juvenil de su distribución demográfica y de la abundancia de depósitos de minerales y tierras raras. Son claros motivos, todos ellos, para que Occidente alcance una relación sostenida y consistente.
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While China was an early mover in regulating generative AI, it is also highly supportive of the technology and the companies developing it. Chinese AI firms might even have a competitive advantage over their American and European counterparts, which are facing strong regulatory headwinds and proliferating legal challenges.
thinks the rules governing generative artificial intelligence give domestic firms a competitive advantage.
After years in the political wilderness, the UK Labour Party is now far ahead in opinion polls, with sensible plans for improving the country's economic performance. But to translate promises into results, any future government will have to do something about the elephant in the room: chronic under-investment.
explains what it will take for any political party to restore hope in the country's long-term economic future.
WASHINGTON, DC – Estados Unidos por fin ha comenzado a prestarle atención a África. Pero, pese a los últimos intentos de acercamiento (la Cumbre de Líderes de Estados Unidos y África de diciembre y la gira continental de diez días que hizo el mes pasado la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos Janet Yellen), no se percibe una estrategia -digna de este nombre- en las relaciones con el continente. E idéntica carencia caracteriza a la Unión Europea.
El renovado interés de Occidente en África tendría que haber comenzado hace mucho. Al continente le corresponde un papel esencial en los asuntos internacionales, en particular por su enorme importancia para el crecimiento económico mundial futuro y la transformación energética verde; importancia que deriva de su urbanización acelerada, del perfil juvenil de su distribución demográfica y de la abundancia de depósitos de minerales y tierras raras. Son claros motivos, todos ellos, para que Occidente alcance una relación sostenida y consistente.
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