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La financiación de la ciencia del clima en el futuro

LONDRES – Cuando el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas se reúna en su sesión plenaria en Busan (Corea del Sur), los gobiernos tendrán una valiosa oportunidad de demostrar su compromiso con el cambio climático.

Deberán examinar un análisis reciente del IPCC por parte del InterAcademy Council (IAC). El análisis, encargado el pasado mes de marzo por el Secretario General de las NN.UU., Ban Ki-Moon y el premio Nobel Rajendra Pachauri, Presidente del IPPC, con miras a examinar los procesos y procedimientos del IPCC, se publicó al final del pasado mes de agosto.

Se han llevado a cabo otras investigaciones por parte de instituciones como Penn State University, el Parlamento Británico, el Organismo de Evaluación del Medio Ambiente de los Países Bajos y el Organismo para la Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos. Todas ellas tuvieron algo en común: todas ellas convinieron con las conclusiones fundamentales del IPCC sobre las importantes repercusiones del CO2 producido por el hombre en el cambio climático. Se trata de un resultado decisivo.

Esas investigaciones sirvieron también a los científicos para aprender lecciones importantes. Ahora entienden que deben ser más transparentes y estar más dispuestos a aceptar los argumentos críticos. Además, la ciencia debe comunicar más eficazmente sus mensajes a un público que está preocupado por el cambio climático, pero no ve con claridad cómo se puede abordar ese problema.

Los gobiernos nacionales deben poder recurrir a una evaluación objetiva y precisa de la ciencia del clima para determinar qué decisiones normativas se deben adoptar al respecto. El IPPC ofrece al mundo una evaluación de los riesgos y estudia –y tal vez se trate de una tarea aún más urgente– las consecuencias probables del cambio climático. Si no existiera el IPPC, los gobiernos se apresurarían a crearlo.

Además, los cuatro informes de evaluación que ha producido hasta ahora el IPPC han permitido entender mejor la amenaza planteada por el cambio climático en forma de episodios climáticos extremos y desastres naturales. El IPPC funciona ahora en un marco político que no existía en sus comienzos, hace 21 años, y se debe gestionar de tal modo, que la realidad y la apreciación de su labor infundan la máxima confianza a las autoridades y al público.

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Las dirección del IPPC ha trabajado denodadamente en los últimos años para fomentar reformas encaminadas a la consecución de esos fines. Sin embargo, los avances no han llegado hasta donde Pachauri y los demás habrían deseado ni con la rapidez que les habría gustado. Esa falta de fortalecimiento de unas funciones decisivas del IPPC impidió a la organización evitar los errores menores que aparecieron en su último informe de evaluación, publicado en 2007, y reaccionar ante ellos eficazmente.

El IPPC ha logrado la notable hazaña de crear una de las reservas más completas de conocimientos científicos sobre aspecto alguno del mundo físico. Lo ha logrado con muy pocos recursos y gracias a que muchos centenares de científicos entregan su tiempo para trabajar en los informes voluntariamente. Resulta extraordinario que una organización encargada de resumir un corpus de pruebas que hace de piedra angular de la formulación de políticas nacionales y mundiales sobre el cambio climático cuente con tan pocos recursos.

Las recomendaciones del InterAcademy Council, centradas en sectores decisivos, como, por ejemplo, la transparencia, la capacidad para la dirección y las comunicaciones, han de examinarse con miras a la adopción de medidas en la sesión plenaria que se celebrará en Busan. Ahora los gobiernos deben aprovechar la oportunidad que se les brinda para autorizar las mejoras necesarias.

Tenemos una posibilidad real de fortalecer la situación de la fuente principal de ciencia del clima autorizada. Se debe actuar rápida y decisivamente para ofrecer la orientación que el IPPC necesita a fin de aplicar cambios que se deberían haber hecho hace mucho.

En lugar de considerar el informe del IAC una reprensión del IPPC, los gobiernos deben utilizarlo en Busan para fortalecer y mejorar esa organización de importancia decisiva. Así, el IPPC podría continuar con su labor y permitir a los gobiernos de todo el mundo centrarse en las amenazas del cambio climático y la urgencia de abordarlas.

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