TORONTO – Pasados ya 100 días de intenso combate, cuesta ponerse a pensar en la reconstrucción de Ucrania mientras siguen lloviendo bombas rusas sobre civiles inocentes. Pero es precisamente en tiempos de crisis y desastre que debemos plantearnos el futuro. Es fundamental que las potencias occidentales líderes desempeñen un papel central para apoyar la reconstrucción del país.
Para ello, hace poco la Comisión Europea propuso la creación de un mecanismo para «Reconstruir Ucrania» y canalizar subsidios y préstamos hacia ese país. Pero para satisfacer la gran necesidad de financiamiento ucraniana la Unión Europea tendrá que buscar nuevas fuentes de fondos (que debieran incluir a las reservas de divisas congeladas del banco central ruso, al igual que a los fondos confiscados a las empresas estatales y los activos embargados a los oligarcas sancionados de ese país).
Los especialistas en reconstrucción recomiendan considerar las tareas de reconstrucción como si fueran consecuencia de un desastre natural, como un terremoto o una inundación. En la fase inicial del triaje para la respuesta, el gobierno debe detener la hemorragia (como lo está haciendo Ucrania). Eso implica combatir a los invasores rusos y echarlos del país, incluso de la región ocupada en Dombás y de Crimea.
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Policymakers in both the United States and China seem to have fully accepted, and even embraced, the logic of economic decoupling. But what exactly will decoupling entail, and what will its consequences be?
tallies the costs of the global economic fragmentation that the US-China rivalry has set in motion.
A free press is crucial to countering the harmful effects of disinformation, but the business model that supported independent journalism is collapsing when we need it most. To defend against the rising tide of authoritarianism, democracies must support fact-based news and ensure that it is readily accessible to all.
urge funders and policymakers to commit significant funds to support public-interest journalism.
TORONTO – Pasados ya 100 días de intenso combate, cuesta ponerse a pensar en la reconstrucción de Ucrania mientras siguen lloviendo bombas rusas sobre civiles inocentes. Pero es precisamente en tiempos de crisis y desastre que debemos plantearnos el futuro. Es fundamental que las potencias occidentales líderes desempeñen un papel central para apoyar la reconstrucción del país.
Para ello, hace poco la Comisión Europea propuso la creación de un mecanismo para «Reconstruir Ucrania» y canalizar subsidios y préstamos hacia ese país. Pero para satisfacer la gran necesidad de financiamiento ucraniana la Unión Europea tendrá que buscar nuevas fuentes de fondos (que debieran incluir a las reservas de divisas congeladas del banco central ruso, al igual que a los fondos confiscados a las empresas estatales y los activos embargados a los oligarcas sancionados de ese país).
Los especialistas en reconstrucción recomiendan considerar las tareas de reconstrucción como si fueran consecuencia de un desastre natural, como un terremoto o una inundación. En la fase inicial del triaje para la respuesta, el gobierno debe detener la hemorragia (como lo está haciendo Ucrania). Eso implica combatir a los invasores rusos y echarlos del país, incluso de la región ocupada en Dombás y de Crimea.
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