Ukrania Necesita una Revolución de Terciopelo

Ukrania ha sido devastada por las mayores protestas que se hayan visto desde la caída del comunismo hace más de una década. Julia Tymoshenko, quien fuese Primer Ministro Asistente para después volverse disidente, nos explica por qué.

Hay una atmósfera pública envenenada amenazando a todos los que viven en Ukrania. La corrupción y la incompetencia han forjado un estado en el que hay decenas de millones de personas destruídas y sin esperanza; en el que hay amplias secciones de la economía en ruina; en el que las deudas interna y externa se multiplican hasta alcanzar muchos miles de millones de dólares; y en el que un inepto ejército de burócratas corruptos controla un gobierno que no puede satisfacer ni siquiera las más elementales necesidades del pueblo ukraniano.

El régimen del presidente Leonid Kuchma pretende engañar a los ukranianos y al resto del mundo en cuanto a la mala situación en la que se encuentra el país. La administración repite una y otra vez sus complacientes palabras acerca de los principios democráticos, de la necesidad de lograr una "estabilidad social" y de los signos de un crecimiento económico de largo plazo que sólo el propio régimen puede ver. Las conjeturas de Kuchma ocultan la verdad, puesto que mientras su gobierno externa sus trivialidades, sus compinches asaltan el patrimonio nacional para dárselo a la familia o a los amigos, al mismo tiempo que profanan, destruyen y venden la independencia de la nación al mejor postor.

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