Turkish troops advance near the Syria border at Hassa BULENT KILIC/AFP/Getty Images

Una guerra turca de fabricación norteamericana

ANKARA – Mientras Turquía intensifica su campaña militar contra los combatientes kurdos sirios, es tentador echarle la culpa de la violencia al patrioterismo y a la xenofobia estridentes del presidente Recep Tayyip Erdoğan. Después de todo, Erdoğan viene advirtiendo desde hace mucho tiempo que Turquía nunca toleraría una presencia militar kurda en la frontera sur del país; la reciente ofensiva parecería sugerir que sus palabras se están traduciendo en acciones.

Y, sin embargo, si bien Erdoğan puede haber ordenado la "Operación Rama de Olivo", el verdadero culpable es el foco miope de Estados Unidos en querer derrotar al yihadismo regional. Sin una política coherente para Siria, las sucesivas administraciones estadounidenses se han obsesionado con apuntar al Estado Islámico (EI) sin considerar las ramificaciones totales de sus acciones. La incursión de Turquía en el noroeste de Siria es sólo una consecuencia.

En julio de 2012, cuando el Partido de la Unión Democrática kurdo (PYD) ocupó una serie de ciudades fronterizas sirias, Turquía se alarmó. El PYD es la rama siria del Partido de los Trabajadores de Kurdistán turco (PKK) que viene librando una guerra de guerrillas contra el gobierno de Turquía desde 1984.

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