tunisian woman votes Chedly Ben Ibrahim/NurPhoto via Getty Images

¿Puede sobrevivir la democracia de Túnez?

TÚNEZ – Cuando las protestas antigubernamentales barrieron el mundo árabe en 2011, Túnez parecía en situación de salir fortalecida. Sin embargo, para 2013 el proceso democrático había sido prácticamente desbaratado por las promesas económicas incumplidas, los desacuerdos políticos e ideológicos y las interferencias extranjeras. Afortunadamente, la mediación local e internacional ayudó a evitar la catástrofe y allanó el camino para las elecciones.

Pero a menos de un año de los próximos comicios generales, programados para fines de 2019, el país vuelve a estar en crisis. En un mundo centrado en la guerra en Siria, la inestabilidad en Libia, la creciente autoconfianza de Rusia, la incertidumbre en Europa y los tuits de un presidente estadounidense aislacionista, Túnez ha ido desapareciendo de los titulares. Cabría suponer que, si se produce una ruptura de la democracia en el país, volvería a atraer la atención internacional… pero para entonces será demasiado tarde.

El impasse actual comenzó poco después de las elecciones presidenciales de diciembre de 2014. En febrero de 2015, el Presidente Beji Caid Essebsi, fundador del partido laico Nidaa Tounes, llegó a un acuerdo con Rached Ghannouchi, presidente del moderado Partido Islamista Ennahda, para formar un gobierno de coalición. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que las luchas intestinas de Nidaa Tounes hicieran que en enero de 2016 decenas de los diputados del partido renunciaran en protesta, dando con ello a Ennahda una mayoría en el parlamento.

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