SHANGHAI – Justo cuando parecía estar a la vista un acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, los negociadores se encontraron de regreso al cuadro de partida. La razón inmediata para esto fue la insistencia de China en que vuelva a escribir el proyecto de acuerdo, con cambios sustantivos que, de acuerdo a la administración del Presidente estadounidense Donald Trump, reniegan de términos previamente acordados. Pero la causa raíz de los cambios de China al proyecto -la razón tras su reluctancia a cumplir las demandas de EE.UU.- se basa en un error de cálculo fundamental por parte de la administración Trump.
En pocas palabras, Estados Unidos ha estado exagerando su mano. El acuerdo que China reescribió habría obligado a la parte china a legislar sobre algunos de los cambios exigidos por Estados Unidos, y fue negociado en medio de una agresiva campaña estadounidense contra Huawei, el gigante chino de las telecomunicaciones. Esa campaña añadió a la compañía a la lista negra comercial estadounidense, cortando así su suministro de tecnologías de importancia crítica y, además, presionando a sus aliados a aislarla.
Si bien estas acciones sin duda han afectado a Huawei, la compañía puede compensar sus pérdidas si forja y fortalece sus vínculos con otras compañías tecnológicas chinas de rápido crecimiento. Sin embargo, para el resto del mundo los ataques de la administración Trump a Huawei –y a China, en términos más generales- tendrán consecuencias de gran alcance.
SHANGHAI – Justo cuando parecía estar a la vista un acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, los negociadores se encontraron de regreso al cuadro de partida. La razón inmediata para esto fue la insistencia de China en que vuelva a escribir el proyecto de acuerdo, con cambios sustantivos que, de acuerdo a la administración del Presidente estadounidense Donald Trump, reniegan de términos previamente acordados. Pero la causa raíz de los cambios de China al proyecto -la razón tras su reluctancia a cumplir las demandas de EE.UU.- se basa en un error de cálculo fundamental por parte de la administración Trump.
En pocas palabras, Estados Unidos ha estado exagerando su mano. El acuerdo que China reescribió habría obligado a la parte china a legislar sobre algunos de los cambios exigidos por Estados Unidos, y fue negociado en medio de una agresiva campaña estadounidense contra Huawei, el gigante chino de las telecomunicaciones. Esa campaña añadió a la compañía a la lista negra comercial estadounidense, cortando así su suministro de tecnologías de importancia crítica y, además, presionando a sus aliados a aislarla.
Si bien estas acciones sin duda han afectado a Huawei, la compañía puede compensar sus pérdidas si forja y fortalece sus vínculos con otras compañías tecnológicas chinas de rápido crecimiento. Sin embargo, para el resto del mundo los ataques de la administración Trump a Huawei –y a China, en términos más generales- tendrán consecuencias de gran alcance.