An employee works in front of the blast furnace past rolls of sheet steel at a mill of German steel producer Salzgitter AG Alexander Koerner/Getty Images

Cómo debería Europa responder ante los aranceles al acero de Trump

BRUSELAS – La decisión tomada a último momento por el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump con respecto a retrasar la imposición de aranceles al acero (y al aluminio) que proviene de Canadá, la Unión Europea y México por un período de 30 días adicionales brindará a Estados Unidos la oportunidad de negociar un acuerdo a largo plazo con sus socios comerciales. ¿Cómo debería ser dicho acuerdo?

Trump no es el primer presidente de Estados Unidos que pone en práctica medidas proteccionistas en favor de industria siderúrgica estadounidense. En el año 2002, el presidente George W. Bush impuso una serie de restricciones a la importación, incluidos aranceles generales del 30% sobre algunos productos de acero. Pero, incluso entonces, más del 70% de las importaciones de acero estaban exentas de cualquier medida proteccionista. Trump, por el contrario, propone medidas que afectarán a todo el sector siderúrgico.

Esta diferencia refleja un cambio más fundamental en el enfoque estadounidense al comercio. El gobierno de Bush generalmente favoreció el comercio abierto; el cabildeo de la industria siderúrgica le torció el brazo, en un momento en que la industria generaba grandes pérdidas. Aun así, se sobreentendía de que todos cumplirían con las reglas del juego – concretamente con las normas de la Organización Mundial de Comercio – y, Estados Unidos, en última instancia, así lo hizo.

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