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Camarada Trump

NUEVA YORK – “En apenas tres años”, declaró el presidente norteamericano, Donald Trump, en su reciente discurso del Estado de la Unión, “hemos destrozado la mentalidad de decadencia estadounidense y hemos rechazado la reducción del destino de Estados Unidos”. Este pronunciamiento infundado –más propaganda que realidad- recordó la proclama de Joseph Stalin de 1935 de que “la vida ha mejorado, camaradas; la vida se ha vuelto más alegre”.

Cuando Stalin hizo alarde de “la mejora radical en el bienestar material de los trabajadores” generada por el régimen soviético, las estadísticas de producción estaban rezagadas; la hambruna había devastado a las poblaciones, especialmente en Ucrania; y la Gran Purga –una campaña brutal de represión política- ya estaba a la vista. De la misma manera, mientras Trump elogia a su administración por restablecer supuestamente la grandeza de Estados Unidos, los aliados y amigos de Estados Unidos están esforzándose por reducir su dependencia de Estados Unidos, lo que se ha tornado una amenaza para la estabilidad global y un hazmerreír internacional. 

Las declaraciones de Trump sobre la economía son igual de engañosas. Es verdad, el crecimiento del PIB sigue siendo relativamente fuerte, y los precios de las acciones han alcanzado picos sin precedentes. Pero, como señaló el gobernador de Michigan, Gretchen Whitmer, después del discurso del Estado de la Unión, “millones de personas luchan por salir adelante o no tienen suficiente dinero a fin de mes después de pagar por el transporte, los préstamos estudiantiles o los medicamentos recetados”. El “boom de la clase obrera” de la que presumió Trump ha dejado afuera a un porcentaje importante de los obreros.

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