posner2_MelinaMaraTheWashingtonPostviaGettyImage_nancypelosiamericanflags Melina Mara/The Washington Post via Getty Images

La trampa del juicio político

CHICAGO – Los demócratas de Estados Unidos han cometido un grave error al iniciar procesamientos de juicio político contra el presidente Donald Trump. Están reproduciendo el juicio político republicano de Bill Clinton en 1998, un ejercicio inútil que perjudicó a los republicanos, mejoró el poder de Clinton y causó también un daño institucional.

El común denominador de los dos juicios políticos es que resultó evidente desde el principio que el Senado de Estados Unidos nunca pronunciaría una condena, que exige una mayoría de dos tercios. A los 45 demócratas del Senado no los ponía contentos que Clinton jurara en falso ante un gran jurado, obstruyera a la justicia y tuviera una relación sexual extramatrimonial con una becaria de la Casa Blanca, Monica Lewinsky. Pero no creían que este comportamiento fuera motivo para una destitución del cargo. El comportamiento no era lo suficientemente escandaloso como para superar su lealtad política a un presidente que seguía siendo popular entre los votantes.

Los republicanos que lideraban el juicio político sabían que pocos demócratas en el Senado, o ninguno, pronunciarían una condena (de hecho, ninguno lo hizo). Pero los republicanos esperaban incomodar a los demócratas y perjudicar a Clinton, convencidos de que obtendrían algunas bancas en la elección de noviembre de 1998 al iniciar los procedimientos de juicio político antes de esa fecha. Se equivocaban. La popularidad de Clinton creció después de que terminaron los procedimientos de juicio político. La mayoría de los norteamericanos creía que el juicio político era un error.

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