Leon Blevins, dressed as Uncle Sam, salutes other attendees during the 'End Family Detention' event PAUL RATJE/AFP/Getty Images

Una crisis de liderazgo ético

MOSCÚ – “El sabio construye puentes; el tonto construye muros”. Este fue el sentimiento que se repetía en las páginas de editoriales de los medios chinos la semana pasada, cuando Estados Unidos impuso un arancel del 25% a importaciones chinas por un valor aproximado de 50 000 millones de dólares. Por desgracia, esta estrategia aislacionista va más allá de la política comercial de EE. UU., en formas que no sólo son estúpidas, sino también antiéticas, y que están destruyendo la poca autoridad moral que le queda a Occidente.

En lo referido al comercio, China tomó obvias represalias inmediatas, imponiendo aranceles propios a importaciones estadounidenses por valor de 50 000 millones de dólares, así como Canadá, la Unión Europea y México están tomando represalias por los aranceles estadounidenses a las importaciones de acero y aluminio. Si estas disputas siguen agravándose, perjudicarán a personas de todo el mundo, incluidos los consumidores, empresarios y trabajadores estadounidenses.

Para colmo de males, en los últimos meses el presidente estadounidense Donald Trump ordenó una política migratoria de tolerancia cero, que trata a todos los adultos que cruzan la frontera ilegalmente (un delito menor) como si fueran criminales violentos. Esto implicó el inicio de procedimientos legales incluso contra solicitantes de asilo, y (lo más controvertido) que les quitaran los hijos para poder detenerlos por separado. Más de 2300 menores fueron llevados a refugios.

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