Trump supporters Anadolu Agency/Getty Images

El coqueteo de Trump con la violencia

NUEVA YORK – Hay quienes pueden haber desestimado el tuit reciente de Donald Trump de un video que lo muestra golpeando en la cara a un hombre con un logo de CNN en la cabeza como otro ejemplo más de la payasada vulgar del presidente de Estados Unidos -impropia, tal vez, pero ya hecha costumbre-. Pero otros han señalado algo más siniestro -y con buenos motivos.

Trump ha denigrado sistemáticamente la cobertura periodística que es crítica de su gobierno acusándola de "noticias falsas", de la misma manera que intentó minar la autoridad del sistema judicial independiente al catalogar a quienes lo contrarían de "supuestos" jueces. Tiene el hábito de tuitear estos epítetos ofensivos directamente al "pueblo", un tipo de comunicación que llama "presidencial moderna". Por cierto, el acto de minar las instituciones democráticas abusando de ellas frente a multitudes que rebuznan no tiene nada de moderno. Es lo que siempre han hecho los dictadores en ciernes.

Esto es serio, pero existe algo potencialmente peor. En circunstancias normales, el comportamiento violento se ve limitado por leyes y normas sociales. Estas limitaciones no son de ninguna manera perfectas. La violencia doméstica suele mantenerse en secreto, como muchos casos de violación. Y siempre habrá gente violenta que quebranta la ley.

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